La contabilidad es una, y en su mayoría para las empresas representa el tema de ingresos (facturados) menos costos y gastos (deducibles), todo esto con lo mencionado en la Ley de impuesto sobre la renta. Esto en la realidad no es el “deber ser”, ni mucho menos lo correcto para tener certeza de la información financiera, en un negocio existen operaciones sin facturar como gastos en zonas marginales del país dónde no pueden expedir una factura digital. Créame que hoy en pleno año 2020 aún hay zonas que no pueden actualizarse tecnológicamente.
La contabilidad debe generar todas las transacciones históricas que emanen de las operaciones de la empresa, todo lo que es un ingreso, egreso, aplicación de tangibles e intangibles. Esto aunado a las actualizaciones que se recomiendan en las Normas de información financiera dependiendo del sector y la actividad realizada por la compañía.
Las operaciones también se ven afectadas por contratos que la empresa obtenga beneficio y/u obligación presente o futura.
Al final del ejercicio en México los contadores de la empresa realizan una CONCILIACIÓN entre el resultado contable y las partidas fiscales, resultando diferencias que pueden ser acumulables o disminuidas del cálculo anual de ISR.
Lo que usted necesita sobre todo en épocas digitales es tener un control financiero, manejo de presupuesto, saber si debe o no capitalizar gastos, si requiere obtener el valor realizado de algún proyecto, espera obtener la rentabilidad y en su caso valuar una empresa para poder venderla, deberá ser valuada por diferentes aspectos financieros.
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Este artículo aplica para cualquier empresa en el mundo que genera operaciones financieras, excepto lo fiscal que es solo para México.